Al comienzo de año que nos listamos metas, hacemos planes para el futuro y sonamos con que el nuevo año que comienza será uno mejor que el anterior.

Ya han pasado varios meses, desde que comenzó el año, bueno que vayas preguntando cómo van esas cositas que listaste.

Me propuse como metas, como saldar deuda, terminar estudios universitarios, comprar una casa, un carro nuevo,  en fin, todo lo que hemos sonado y otros extras. Aclaro, que mi  comienzo de año nuevo es el día de mi cumpleaños, nada del 1ro de enero.

¿Y la salud, qué?  ¿Dónde la  dejamos, o que lugar le damos en esa lista de queremos y soñamos?

Para nosotras las mujeres, y lo digo en mi carácter personal, hay una visita que aunque incómoda nos puede salvarnos la vida… la visita al ginecólogo.

En conversaciones con muchas de mis amigas, siempre que surge el tema, coincidimos en lo “incómodo” que se nos hace esa visita al ginecólogo, pero lo necesaria e importante que es. Desde el momento en que llegamos a la pubertad, la visita al ginecólogo debe ser una obligada dentro de nuestro calendario de vida.

LLEGO LA REGLA, A VISITAR AL GINECÓLOGO

No crean, ni tengan la impresión que esta visita es solo para mujeres adultas, casadas o con una vida sexual activa.  No, nada más lejos de la verdad.

Nuestras niñas desde esos primeros indicios que ya la menstruación está cerca, es hora de llevarlas al ginecólogo para que juntas (mama e hija y/o papa e hija, o ambos) reciban una orientación detallada y profesional del proceso al cual nuestras niñas se van a enfrentar.

Hablar abiertamente sobre la importancia de las visitas al ginecólogo debe ser parte de esas conversaciones que tenemos con nuestras hijas.  Y que lo vean como un proceso normal de vida, que puede salvarles la vida.

PRUEBAS DIAGNÓSTICAS Y DE CERNIMIENTO

Hay unas pruebas de cernimiento básicas que toda mujer debe tener la previsión de realizarse, por lo menos, una vez al año: mamografía, Papanicolau, sífilis, gonorrea, herpes, hepatitis, HIV, entre otras.

Resequedad vaginal

Enfermedades como el papiloma humano, cáncer y otras condiciones, diagnosticadas a tiempo y con tratamientos efectivos, pueden salvar vidas.

Yo planifico mis visitas de seguimiento, y ahora con la eventualidad de la epidemia del Covid, tenemos que cuidarnos y velar más que nunca por nuestra salud en general.

No es tiempo para descuidar el acudir a nuestras visitas médicas, y menos aún, no realizarnos las pruebas anuales para monitorear nuestra salud.  Velando y siguiendo siempre todos los protocolos y medidas de seguridad, tenemos y debemos  visitar a nuestros especialistas, particularmente al ginecólogo.

Si ya ha pasado uno o más de un año que no visitar a tu ginecólogo, ahora es el momento.  Llama y calendariza una cita, tu salud es Tu responsabilidad.

Este escrito no pretende tratar, ni curar condición de salud alguna.  Se hace para crear conciencia de la importancia de cuidar nuestra salud.

Hay un refrán que dice: Nos acordamos de Santa Barbara solo cuando llueve.

Con los pies pasa literalmente lo mismo.  Nos acordamos de nuestros pies solo cuando nos duelen, o nos damos un golpe.  Pobrecitos pies, cargan nuestro cuerpo toda la vida y los tratamos como si no existieran.

Cuidado de los pies, la importancia en nuestra salud

Nos ocupamos por cuidar y mantener nuestro cabello, vamos con regularidad al estilista para retocar color y aplicar lo ultimo en tratamientos.Nuestras manos y uñas con los colores de temporada.
El rostro, utilizamos los productos adecuados, visitamos la esteticista y le damos luz y color con lo último en maquillaje.
¿Ah, y nuestros pies? Se nos olvidaron nuestros pies.

Unos pies descuidados, no solo son desagradable a la vista, sino que nos puede ocasionar serios problemas de salud.  Incluso inhabilitarnos para poder caminar, afectando nuestra calidad de vida.

La humedad y el calor en combinación con una pobre higiene pueden provocar condiciones de salud en nuestros pies como lo son las infecciones por hongos y bacterias.
Qué no decir del  pie diabético,  puede estar expuesto a amputación por su mal cuidado (pero el pie diabético merece un escrito a parte).

Una pedicura al menos una vez al mes es necesaria para el cuidado optimo de nuestros pies, complementado con una rutina diaria que incluya el uso de piedra pómez y cremas hidratantes.

El descuido a nuestros pies nos puede traer complicaciones que pueden llegar a convertirse en serios problemas de salud:

• Sequedad y callosidad de los talones
• Mal olor y sudoración excesiva
• Juanetes (también conocidos como sobre huesos)
• Callos
• Hongos en las uñas
• Deformidad en los pies
• ampollas
• Infecciones

Existen una gran variedad de productos en el mercado que nos pueden ayudar a mantener nuestros pies bien cuidados y saludables.

El uso de cepillos de baño como el siguiente, es una excelente alternativa para el uso diario.  Luego de usarlos es importante lavarlo bien y secar.

Exfolia los pies para remover callosidad y células muertas.  Luego hidrata con una crema o gel formulado especialmente para los pies.

Un spa en casa, sino podemos acudir a un salón de pedicurista,  nos ayuda a relajarnos, ayuda a la buena circulación, y prevenimos condiciones asociadas que ya hemos mencionado.

Nuestros pies soportan cada paso que damos, aguantan nuestro peso y están expuesto a la sobre carga que en ocasiones le damos por el ejercicio, correr, brincar y saltar, etc.  Son ellos los responsables de mantenernos en balance y amortiguan el impacto de nuestro cuerpo al caminar.
Los ligamentos, músculos y tendones de nuestros pies deben ser tratados como un todo.  Cuidado como pisamos, el calzado que utilizamos.
No porque tal o cual calzado este de moda, quiere decir que sea el mas adecuado para nuestro tipo de pie.  Así que cuidado.  No porque sea bonito, es el adecuado.

Y no menos importante, la alimentación e ingesta de agua.  Una alimentación balanceada, baja en sal y azucares y el consumo de agua son factores importantes que ayudan a la salud de nuestros pies, y nuestra salud en general .

Cuánto hace que no te realizas una pedicura?  Es el momento indicado para hacerla, no esperes.  Dale a tus pies la atención que merecen.  No esperes que truene.

(Este escrito no es auspiciado.  Puede contener enlaces afiliados)