HABITACION 203: PRIMERA PARTE

HABITACION 203: PRIMERA PARTE

HABITACION 203

PRIMERA PARTE

 

CRONICAS DE UN INFARTO

Me he preguntado muchas veces, como voy a comenzar a escribir sobre mi experiencia.

Tengo cada evento, cada día, tatuado en mi alma.

La experiencia que viví durante y después del huracán María han sido terribles.  Mi salud, mi estado físico y emocional, mi entorno, mi familia, todo se deterioró.

No se como catalogarlo; es un escrito sobre una historia que ha marcado mi vida: Habitación 203.

Son tres capítulos. El primero, Crónicas de un Infarto.  Recoge lo que pasó antes de llegar al hospital.

El segundo, Silencio.  El periodo que pasé en Sala de Emergencia del Hospital.

Y el tercero,  Las Vidas de la  Habitación 203.  Las historias paralelas a la mía, de los pacientes que compartieron la habitación conmigo durante los 12 días que estuve hospitalizada.

Posiblemente se me haya quedo algún detalle, o lo haya bloqueado a intensión.

Por respeto, muchos de los nombres han sido cambiados, pero las historias fueron reales.

 

EL SONIDO

Angus (qd) esta en su jaula en el baño de Jadriel.  Todas las ventanas cerradas.  Los carros bien guardados en la marquesina.  La guagua de Jadriel bloque su puerta (de cristal) como medida de seguridad.  Estamos con Jadriel en su cuarto, es el mas seguro de la casa.  Y comienza a llover, todo se pone obscuro, el viento suena como los cantos de sirena (el que conocemos de las películas).  Jadriel comenta que le gusta la música que hace el viento. El Huracán María comienza a impactar Bayamón, Puerto Rico.

Y el ruido se hace mas fuerte.  Se escuchan los arboles cayendo, los techos de las casas de mis vecinos vuelan como hojas, mi huerto casero desaparece, el pino que estaba frente a la casa de momento cae.  Solo se siente el ruido aterrador del viento y todo lo que se lleva.  Estamos en obscuridad total.

Tratamos de descansar pero se hace imposible.  No recuerdo cuantas horas estuve de pie, al lado de la cama con Jadriel.  Pero si recuerdo, como mi cabeza quería explotar, como se me nublaba la vista, y como una braza ardiente quemaba mi lado izquierdo del pecho.

 

AMANECIO

Sigue lloviendo, no hay energía eléctrica, no hay agua.
Los cuartos y la sala están inundados de agua.  La terraza y las escaleras se las llevo el viento. Las ventanas resistieron, pero resintieron el azote del huracán María.
Afuera ya todos los vecinos comienzan a unirse para dar acceso a la calle y recoger los escombros.

Sector el 5, Cuesta de Casiano en Bayamon, PR

Hacemos inventario de lo que tenemos en las casas para preparar alimentos y compartirlo entre todos.
Angus (qd) sigue en el cuarto de baño de Jadriel.
Falta la comunicación, los teléfonos no funcionan, no hay radio, televisión, no existimos.
No tengo manera de comunicarme con mis hijos ni con mis hermanas.
Mi lado izquierdo del pecho quema, quema fuerte.  Mi vecina, me da unas pastillas naturales y agüita de azahar.  Tomo una aspirina y pienso, todo esta bien.

Cómo logró llegar, ni le pregunte, pero cuando vi a mi hijo Jesse, comencé a llorar y lo primero que hice fue regañarle por haberse tirado a la carretera con lo peligroso.  Me cuenta que lo que se ve es destrucción, no hay un árbol, un poste de pie.  Le digo que me siento mal, extraña, me duele mucho el pecho y siento como si me estuviera quemando.  “Mami, no esperes por nadie, si te sientes mal vete para el hospital”, me dijo.

LO QUE VI

Es viernes, no resisto la desesperación por saber de mi hija, mis hermanas, mi hermano, Carmen la nana de Jadriel.
Nos llenamos de valor, bultos llenos de suministros y agua, y salimos a intentar llegar.
Primero fuimos a la casa de Carmen.  Subiendo la cuesta de Casiano fue una misión titánica.  Cables eléctricos  por todo la carretera, los arboles de mangó no estaban, las casas de madera solo los restos.  Unas imágenes que  partían el alma.

Carr vieja de (Comerio) Naranjito a Bayamon

Gracias a Dios, Carmen, su mamá y sus hijos estaban bien.

Seguimos para Naranjito a buscar a mi hermano.

Mi hermano Fernando (Ito) es deambulante por elección (no cuestione y no juzgue, tiene una historia, para otra historia).  Vive en un pequeño espacio en el área de Los Quesitos.  A duras penas pudimos llegar.
La carretera era una montaña rusa de escombros, tendido eléctrico y postes caídos y más escombros.  Las filas que se veían en los puestos de gasolina parecían no tener fin, y no había gasolina.
Llego al restaurante Los Quesitos, y pregunto por él, me identifico.  La mejor noticia que me dieron,  que él estaba bien.  Fue protegido y cuidado por los vecinos.  No necesita nada, me dijo la Administradora, y me señala hacia la carretera, “mira, por ahí viene a buscar su almuerzo”.
Lo abrace, y lloré.  Mi hermano esta hermoso, limpio, cuidado, alimentado…estaba bien.
Le dejamos sus cositas, y salimos a visitar a mi hermana.

 

Carmita, mi hermana, esta bien.

No pudimos llegar hasta Comerio, no había camino para llegar por ningún lado.  No sabemos nada de mi hermana Nydia, ni de mi familia.  Nadie sabe, no hay manera de comunicarnos.  Nos queda la esperanza que Carmen, mi sobrina, es una guerrera que como gato boca arriba sabemos que los va a proteger.  Y así fue.

Suministrada

 

24 DE SEPTIEMBRE DE 2017

 

Amaneció.  La noche fue larga y horrible.  El dolor y la quemazón en el pecho no me dejaron descansar.  Me siento fatal.
Por fin ya hay señal en una estación de radio.  Nos vamos informando poco a poco de cómo esta el país; destruido.
No hay energía eléctrica en ningún lugar, el agua y los alimentos escasean.  Los puestos de gasolina, no tienen gasolina.  El país esta en crisis total
A media mañana llega mi amigo Joe, a buscar agua y le digo cómo me siento.  El es el único que me entiende, pues paso un proceso de cirugía cardiovascular.  Está preocupado.

Pido a mi compañero que me lleven al hospital, no es nada me dicen, es ansiedad.

Lo que debes saber sobre un infarto

Ha eso de las 2 o 3 de la tarde le digo a mi compañero que me siento mal, muy mal, insisten en que lo que tengo en ansiedad.  El brazo izquierdo se me adormece, me dieron nauses, el esfinter dilatado, el pecho, el corazón estaba quemándose, sentía que moría.
Hablo con mi vecina que estén pendientes a Jadriel, y recuerdo lo que me dijo mi hijo, “no esperes por nadie, y vete”  Le dije a mi compañero que buscara a Carmen, que cuidara bien a Jadriel, me monte en mi carro…y me fui.
La carretera era un caos, casi intransitable.
No se ni cómo llegue al hospital, lo último que recuerdo fue entrar a un estacionamiento, bajar del carro y decirle al guardia de seguridad: “ayúdame, tengo un infarto”

canva

Hay mucha gente, veo una luz a lo lejos, y escucho una voz suave que me habla: cómo te llamas, cuál es tu nombre?  …

 

 

 

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