LA LIBERTAD DEL CUIDADOR: COMO ENCONTRAR EL EQUILIBRIO ENTRE EL CUIDADO Y LA AUTONOMIA PERSONAL

Sin duda alguna, ser cuidador es una tarea hermosa, no obstante, puede ser abrumadora y agotadora.

En algún momento del rol de cuidado, nos hemos encontrado en la posición que sentimos y vivimos sin “libertad”. No quiero parecer pesimista ni mucho menos juzgar los sentimientos y experiencias individuales de cada uno, les hablo de mi experiencia.

Hace unos años, tuve una conversación con mi hija mayor (ella dice que es mi mamá, y en muchas ocasiones lo es) fue un momento donde mi salud física y emocional estaba en precario. Ese día ella me dice: “Mami, todos necesitamos a nuestra madre, no importa la edad que tengamos. Tienes que romper ya con tu encierro. Tienes que entender, y no sentirte culpable por tener una vida.”

Que profundas, intensas y sinceras fueron las palabras de mi hija. Llegaron a lo más profundo de mi corazón. Ella tenía y tiene razón. El ser cuidadora, en un momento, me llevo a sentir culpa hasta de las cosas más sencillas y cotidianas, como ir al salón de belleza o a un cine o teatro. Dejar al cuidado de otra persona a mi hijo, para yo hacer actividades o gestiones que no fueran de él. Me autoimpuse, poco a poco, sin darme cuenta, un encierro; yo misma me coarté mi libertad.

La libertad del cuidador implica tener la capacidad de tomar decisiones y tener el control sobre tu propia vida, incluso mientras cuidas a alguien más.

Mis tesoritos

Es importante recordar que cuidar de uno mismo es igual de importante que cuidar de los demás. Encontrar el equilibrio entre el cuidado y la autonomía personal es clave para disfrutar de la libertad del cuidador. Sentirnos culpable siempre se presenta cuando tomamos acción y control de nuestra vida al ser cuidador. No obstante, tenemos que reestructurarnos, no es abandonar, es entender que el bienestar de quien cuidamos se basa fundamentalmente en que nosotros estemos bien para poder ejercer nuestro rol.

Comparto contigo unas sugerencias y recomendaciones que trabajé conmigo, y me ayudaron a tener un balance en mi vida como cuidadora, y como persona:

  1. Aprende a delegar tareas y pide ayuda cuando la necesites.
  2. Dedica tiempo para ti mismo/a y haz actividades que te gusten.
  3. Busca apoyo emocional y habla con alguien sobre tus sentimientos.
  4. Aprende a decir “no” cuando sea necesario.

La libertad del cuidador implica tener la capacidad de tomar decisiones y tener el control sobre tu propia vida, incluso mientras cuidas a alguien más. Esto puede lograrse a través de la delegación de tareas, la búsqueda de apoyo emocional y la dedicación de tiempo para ti mismo/a.

La autoestima del cuidador es igualmente importante, ya que puede afectar la forma en que te relacionas con los demás y cómo te cuidas a ti mismo/a. Es importante recordar que cuidar de alguien más no significa que debas descuidarte a ti mismo/a. Dedica tiempo para hacer cosas que te gusten, busca apoyo emocional y recuerda que eres valioso/a y mereces cuidado y atención.

Recuerda que cuidar de ti mismo/a no es egoísta, es necesario para poder cuidar mejor a los demás. ¡Encuentra tu libertad y aumenta tu autoestima para lograr un equilibrio saludable en tu vida como cuidador/a!

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