SECUESTRADO/A POR EL DOLOR: Descubre cómo liberarte y recuperar tu vida.

El dolor es una de las emociones humanas más complejas y poderosas. Todos hemos experimentado alguna forma de dolor en nuestras vidas, ya sea físico o emocional. Sin embargo, hay momentos en los que el dolor se convierte en nuestro secuestrador, y nos atrapa en un ciclo interminable de sufrimiento. En estos casos, el dolor puede ser más que una respuesta natural a la perdida o la adversidad, puede ser una prisión que nosotros mismos creamos.

Hablemos del dolor emocional, el de los sentimientos.

Cuando nos autosecuestramos en el dolor, nos convertimos en nuestro propio enemigo. Nos aferramos a nuestro sufrimiento, nos obsesionamos con nuestro sufrimiento, nos obsesionamos con nuestros problemas y nos volvemos incapaces de avanzar. Esto puede suceder por varias razones, como una profunda tristeza después de una perdida, una enfermedad crónica o una situación difícil en nuestra vida. Sin embargo, independientemente de la causa, es importante reconocer cuando estamos siendo secuestrados por nuestro propio dolor.

La clave para liberarnos del dolor es aceptar que estamos sufriendo y permitirnos sentirlo. A menudo, tratamos de reprimir el dolor o evitarlo a toda costa, pero esto solo prolonga nuestro sufrimiento. En lugar de eso, debemos permitirnos sentir el dolor y tratar de entender de donde viene. Solo entonces podemos comenzar a trabajar en procesarlo y superarlo.

Estrategias para liberarnos del dolor

El dolor puede ser una emoción abrumadora y difícil de superar, el primer paso es reconocer que nos estamos autosecuestrando en él. Negarlo, es sabotearte a ti mismo, hacer el proceso más difícil.

Expresa tus sentimientos, no calles lo que sientes. Habla con amigos, familiares, busca ayuda con un terapeuta. A veces el solo hablar sobre tus sentimientos puede ayudar a aliviar el dolor. Cuidado en convertir esta estrategia en una herramienta de tu secuestrador; es hablar para sanar, no para darle el poder al dolor de lastimarte más. Hablar sana, el propósito es decir lo que sentimos y que identifiquemos que hacer y como liberarnos.

Practica la escritura creativa y la meditación. Estas pueden ser unas herramientas poderosas, te enfrentas y confrontas con tus emociones y sentimientos, te permiten aceptarte sin juzgarte. Pude ser duro y difícil, pero también un ejercicio liberador.

Si te provoca llorar, Llora, es parte del proceso.

Háblate bonito, ten mucho cuidado en como te tratas a ti mismo/a.

Regálate momentos de esparcimiento, citas contigo mismo/a.

Acepta que el dolor no es parte de ti, que es una respuesta a la situación, y que sentirlo es temporal, que todo pasa. Aunque tome tiempo, trabaja en ti; en lo importante y valioso/a que eres. Que tú tienes el poder para controlar tus emociones, que no eres ni permites ser secuestrada por ellos.

Aliméntate bien. Descansa, el sueño es reparador. Trabajar en sanar un día a la vez.

Encuentra un propósito. Tener un propósito puede ayudarnos a encontrar significado en nuestro dolor y motivarnos a seguir adelante. Por ejemplo, si has perdido un ser querido, puedes encontrar consuelo en ayudar a otras personas que están pasando por la misma situación. Esto puede ser a través de trabajo voluntario en un hospicio o simplemente ofreciendo apoyo emocional a alguien que está lidiando con una perdida similar.

Recuerda que cada persona es única y puede encontrar diferentes formas de lidiar con el dolor. Lo importante es encontrar lo que funciona para ti y buscar ayuda cuantas veces sea necesario. No tengas miedo de pedir apoyo emocional y profesional cuando sientas que estás atrapado/a en tu propio dolor.

¿Y cuándo no se encuentra el propósito; como trabajo con el dolor?

Si no puedes encontrar un propósito inmediato en medio de tu dolor, no te preocupes. En lugar de buscar un propósito específico, puedes centrarte en encontrar pequeñas cosas que te hagan sentir bien contigo mismo/a y que te ayuden a superar el dolor. Por ejemplo:

  • A veces, cuando estamos sufriendo, nos olvidamos de las cosas que disfrutamos. Haz una lista de las actividades que te gusten y dedica tiempo para hacerlas. Puede ser cualquier cosa, desde leer un libro hasta ver una película o salir a caminar.
  • Práctica el autocuidado. Cuando estamos sufriendo a menudo descuidamos nuestra propia salud y bienestar. Sin embargo, es importante recordar que cuidarnos es esencial para superar el dolor. No descuides tu higiene, tu salud, y tu entorno. Mantener tu hogar limpio y ordenado ayuda en tu recuperación.

Recuerda que el dolor es una parte natural de la vida y que no siempre podemos encontrar un propósito inmediato en medio de él. Lo importante es encontrar formas de cuidarnos a nosotros mismos y de encontrar pequeñas cosas que nos hagan sentir bien. Con el tiempo el dolor puede disminuir. Recordaremos aquello que en un momento nos mantuvo prisioneros/as en el dolor, pero ya desde el lugar de la compasión, la paz y el perdón.

El dolor no tiene que definirte, tú tienes el poder de elegir como responder a él.

WandaGisela

Así como a mí, que estas sugerencias puedan ayudarte a liberarte del secuestro del dolor, y recuperar tu vida para encontrar la felicidad y la paz interior que mereces; es mi propósito.

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